miércoles, 6 de julio de 2016

dejar partir

¿cómo se deja partir?
¿cómo observas a tu padre morir?
lento


viernes, 1 de julio de 2016

Somos la sal de la tierra


Hace unos días vi el documental de Win Wenders “La sal de la tierra” donde se muestra el trabajo del fotógrafo brasilero Sebastião Salgado y volví a recordar lo que me fascina la fotografía. El documental parte con su etimología, dibujar o escribir con luz, y Wenders logra muy bien dibujar con la luz del cine el gran arte de Salgado.

 

Hay tantas cosas que se puede decir sobre la fotografía pero estos días pensaba en ella como una alegoría de la forma en que las personas somos (o estamos siendo cada vez) en este adentro/afuera que nos constituye a diario como seres conscientes. El gran invento de la cámara oscura, esa magia del pequeño haz de luz entrando a la total oscuridad, penetrando con sus formas, texturas y volúmenes, es también como entiendo que la existencia “de afuera” nos atraviesa dotándonos de infinitas imágenes que dan forma a esa amalgama que somos.

 

En la práctica de Hatha Yoga se trabaja mucho con la idea de opuestos, de fuerzas o estados contrarios, así como la luz y la oscuridad, y en la confrontación de estos es que aparece el conflicto como espacio de investigación y desarrollo personal. En mi práctica personal de los últimos años todo el tiempo estoy hurgando en este misterio de ser/sentir/pensar, de ver, de escuchar, de descubrir la conexión entre adentro y afuera. Tal vez lo hago porque tal como dicen los yoguis, el origen del sufrimiento humano nace del sentimiento/pensamiento de verse a sí mismo como algo separado de todo lo que existe.

 

Así como el Hatha Yoga nos propone diversas técnicas para abordar estos problemas, pienso que la fotografía también es un campo fértil de acercamiento a estas preguntas. Y en estas reflexiones conocí a Raúl Heuty, fotógrafo chileno que realiza talleres con niños para enseñarles el arte puro del dibujo con luz usando una cámara estenopeica. Escuchándolo hablar de su trabajo, al ver las fotos de los niños vi en ellas el testimonio de esta incógnita que me atrapa cuando me pregunto qué es adentro y qué es afuera.

 

Así como en la meditación exploramos ese espacio donde el observador y el objeto observado se funden, en estas fotografías “estenopeicas” pasa algo similar. La mirada y el objeto de la mirada fundidos en la total belleza e imperfección del camino entre uno y otro. La fotografía no como la captura de una imagen estática, sino como la captura del proceso de una mirada capturando la imagen, entonces fotografía con/en movimiento. Y me pregunto si estos niños fotógrafos tendrán consciencia de su pequeño samadhi.

 


Si les gusta la fotografía les recomiendo también miren el trabajo de Fernando Aceña y su trashumante Museo Interactivo de la Luz. Y si también se preguntan sobre el misterio del adentro/afuera aquí otro fotógrafo que juega con la idea, Abelardo Morell.