miércoles, 28 de abril de 2010

PERSONAL VELOCITY

El tema del tiempo,
hoy en día,
pareciera ser sólo un tema de falta de tiempo.

Todos los días,
en alguna conversación de la que participo,
se deslizan frases como,

"es que no tengo tiempo"

"el tiempo no me alcanza"

Como si el tiempo pudiera cogerse entre las manos,
como si fuera una moneda de cambio.

"Time is money" dicen los gringos,
pero en verdad no lo es.

No hay que engañarse.

Ni creer que incluso nuestro tiempo
le pertenece más a otro que a nosotros mismos.

Porque al fin y al cabo el tiempo corre,
o camina,
o se detiene,
más allá de cualquier voluntad o deseo,
sin que podamos controlar, si quiera,
una parte de él en nuestros relojes y agendas.

Desde hace un tiempo,
no podría precisar si corto o largo,
me doy cuenta de que salir del lugar común
de la falta de tiempo
no es tan difícil.

A veces basta con girar una esquina antes,
con cambiar de planes,
con hacer simplemente algo, o nada,
o hacer muchas cosas,
porque se quiere,
porque dan ganas,
porque a pesar de nuestros enormes esfuerzos
se vive más allá (o acá) de ellos.

Entonces la pregunta no es cuánto tiempo
ni dónde lo consigo...

En vez de preguntar,
mejor
detenerse y buscar una velocidad personal.






lunes, 26 de abril de 2010

STARALFUR

En la vida,
lo contrapuesto a la duda casi nunca es la certeza.
Más bien un elegir caminos,
renunciando a otros.

Bienvenido a este mundo D.




domingo, 18 de abril de 2010

HUACHO

Huacho, domingo 7, hijo ilegítimo, huérfano, solito, abandonado por sus padres... la historia de tantos en Chile. ¿Quién no tiene un huacho en su familia? Un tío o tía, unos hermanos, unos primos, de esos que se sabe en silencio. Como si fuera posible borrarlos tan sólo con el silencio, con el no nombrarlos.

Ser huacho en Chile sigue siendo un estigma que, si consideramos la realidad actual, aparece como absurdo y extemporáneo. Ser huacho no es sólo una condición mediada por la ley. Ser huacho es una condición que se escapa a los límites de la familia, de la genealogía. Ser huacho hoy es parte de nuestra naturaleza, de nuestro temperamento. A veces, incluso, se experimenta como un sentimiento de esos que nos acompañan a todas.

Hoy vi, Huacho, la película de Alejandro Fernandez y me maravillé con sus ojos, con el modo en que nos abre una ventana, pequeña, a lo más íntimo de una familia campesina chilena. Así sin preciosismos, sin esa insoportable manía de algunos directores de hacernos parecer "linda" la necesidad económica; por el contrario, mostrando la dignidad de unas vidas que, igual que las nuestras, buscan un sentido a sus cotidianidades. Ni dónde viven, ni lo que hacen, o dicen, los hace representativos de eso que decimos, a veces, es el mundo popular. Al seguir estas cuatro historias vemos personas que sólo son, así simplemente, sin juicios, sin recriminaciones, personas que sólo intentan ser parte de algo, parchando los hoyos, tapando las fisuras, rellenando los espacios vacíos.

Ni más auténticos, ni menos cínicos... huachos como todos no más!

Pd: me acordé cuando era chica y se cortaba la luz en mi casa de miguel claro... mi mamá iba a ver los tapones y los arreglaba con un alambrito de cobre... pura magia!

miércoles, 14 de abril de 2010

NO LUGAR

Los no lugares, como dice Augé, son espacios de tránsito, de anonimato.
Ellos modifican nuestra representación del espacio y nuestra relación con la realidad y con los otros.

Augé observa los malls, las carreteras, las multisalas de cine... pero a veces incluso nuestra propia casa puede ser un no lugar.

No hay identidad sin alteridad... pero cómo no perderse en ella?

Hoy leía en Ñ estas ideas de Augé y pensaba en un no tiempo, y me pareció más agobiante pensar en ello... de algún modo, ser en el tiempo es lo menos relativo que poseemos, desde nuestra identidad finita, claro.




domingo, 11 de abril de 2010

Adiós Lido, Adiós Lira

Ayer fue el último día en que Panadería Lido
abrió sus puertas en este antiguo y nostálgico edificio.
A partir del lunes, media cuadra más al norte por Lira,
y en un local similar a panadería Castaño,
reabrirá sus modernizadas puertas.
En unos meses más, o semanas,
comenzarán los trabajos de demolición
y la construcción de otro edificio feo más.

Cuando lo supe,
entré a conversar con quienes trabajan ahí
para convencerlos de tomarse una foto en la fachada.

Recordar, pensé.
Un testimonio que abra paso
al ejercicio incierto de la memoria...

Recordé que cuando me vine a vivir a Lira,
mi amiga Pamela me habló de esta panadería,
de los inolvidables desayunos con croissant crujientes,
de los almuerzos domingueros con empanadas,
de las marraquetas con palta
que nunca había vuelto a comer
después de irse de su casa de Jofré.

Hoy al despertar,
pensé en lo cercano de mi partida de Lira.
Recordé el primer día que dormí aquí,
después de comerme mi primera empanada Lido.
Esa noche no dormí sola, pero las siguientes sí.
El inicio de una nueva historia, de nuevas calles,
de nuevos amigos, de nuevos amores y desamores,
de bailes y reparadores romances pasajeros,
de mascotas:
Federico unos pocos meses y Cala hasta ahora.
De personajes increíbles que convirtieron
este tiempo, en una gran película.

Cuantas historias con mis vecinos:
Los gendarmes abúlicos y los reos ebrios en sus 4x4.
El cura barrendero
y el nochero caliente de la iglesia de enfrente.
Todos los novios que dijeron frente a mi ventana,
y todos los muertos que partieron al entierro.
La misteriosa señora Löenberg que nunca vi,
y que aún creo disecciona cerebros
en algún laboratorio subterráneo.
Mi vecino freak,
el de la invitación a andar en bicicleta:
V: "..., pero vayamos lejos, hasta P. de Valdivia con Bilbao."
S: "No, gracias, tengo que trabajar..."

V: "Ups!"
(algunos reirán al recordar esta historia)
Mi vecina Doña Florinda del piso de abajo.
Mi vecina señora-señor.
Las nanas que mantienen el edificio.
Las interminables copuchas de puerta a puerta
en una especie de sobremesa, sin mesa.
Mi amigo el dueño de la botillería Zepellin
que entre sonrisas y tumbos,
carreteando con sus ayudantes,
y escuchando Led Zepellin,
siempre me atendió como un dulce:
"dígame mija".
El Divino Anticristo que cada vez que me veía
me gritaba con su voz chillona
"¡el altísimo te mira, mujer!"
El guardia de la caseta de seguridad
que todas las tardes me miraba pasar,
a la misma hora,
y que siempre creí me diría algo,
pero siempre calló.
Los vagabundos que desalojaron
y que me pregunto en qué calle dormirán ahora.
La Chakira, una de sus perritas...

Siempre he sentido esquivo el paso del tiempo.
Y aunque atesoro miles de historias
desde que recuerdo alguna,
nunca hasta ahora me había dado cuenta de ello.
Pequeñas historias que hacen de la vida, una vida.
Historias grandes y chicas.
Historias cortas y otras para siempre abiertas.
Historias que quieren ser contadas
y otras que prefieren ser olvidadas o enterradas.
Historias que tienen colores,
como el rojo de los atardeceres de Lira,
como el gris de algunos llantos,
como el amarillo de las mañanas en mi pieza.
Historias que guardo para mí,
para cuando me reencuentre con sus protagonistas,
o para llevármelas al ánfora silenciosamente.
(prefiero que me cremen)

Cuando llegué a vivir a Lira,
este blog fue el inicio de una historia más.
En ese entonces yo era un cuerpo de mujer
y escribía para acabar con el juicio de dios.

Hoy, el juicio de dios ya no existe
y en mi cuerpo de mujer
habito yo nuevamente.





miércoles, 7 de abril de 2010

¿Qué parte de la emoción nos define?

Saber que se tiene pena, miedo, que se es pequeña y frágil...
Así no más, sin miedo.

martes, 6 de abril de 2010

Seamus Heaney

Sibila

Mi lengua se movía, una relajante bisagra ondulante.
Le dije a ella, «¿qué será de nosotros?»
Y como agua olvidada en un pozo puede agitarse
tras una explosión bajo la mañana

o una fractura recorre un tejado,
empezó a hablar.
«Pienso que nuestra forma misma deberá cambiar.
Perros en un asedio. Recaídas de saurios. Hormigas.

A menos que el perdón encuentre voz y nervio,
a menos que los árboles sangrantes y con casco
puedan ser verdes y dar brotes como el puño de un niño
y el pútrido magma incube

ninfas brillantes... Mi gente piensa en el dinero
pero habla del tiempo. Los pozos de petróleo calman su futuro
como simples temas de adquisición. El silencio
se vuelve bajío con el sonar de ecos que lanzan las traineras.

La tierra a la que aplicábamos nuestro oído durante tanto tiempo
está despellejada o muy callosa, y sus entrañas
tentadas por un augurio impío.

Nuestra isla está llena de ruidos nada confortantes.

De "Trabajo de campo" 1979
Versión de Vicente Forés y Jenaro Talens

viernes, 2 de abril de 2010

THE SOULJAZZ ORCHESTRA

SIN DUDA ESTOS CANADIENSES SON MI BANDA FAVORITA DEL MES