Desde mi ventana
veo a los señores recluidos nocturnos
que calientan sus noches con un asado sin asado
mientras el portero de la iglesia
cruza fumándose un cigarro
al encuentro de su amada
que por la pinta
parece es la amada de varios.
La última filóloga
-
Élida Lois tenía una voz incomparable: con la misma gravedad de la de Olga
Orozco, pero sin los rastros de tabaco y alcohol que la poeta necesitó para
es...
Hace 17 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario