jueves, 22 de enero de 2009

MYSELF

Hoy, después de mucho tiempo, alguien me miró en el metro.
Por un momento, ambos sonreímos, cómplices, en medio de tantos ciegos que esperan su estación.
Yo disfrutaba de esa alegría fugaz que se tiene, cuando cruzas mirada con otro ser vivo que te mira como si supiera quién eres, que te mira generosamente diciendo (sin palabras) "que bueno verte".




2 comentarios:

Diego Divagando dijo...

Una vez, hace unos diez años, decidí que como parte de mi autotratamiento contra la timidez, debía mirar a los ojos a todo pasajero, pero sobre todo pasajera, del metro. Pensé en que sólo así se humaniza el viaje. Sólo así se forman historias reales o fantasiosas. Sólo así se combate el tedio y la mala vibra santiaguina.

Creo en esto como una buena práctica.

kami dijo...

ohhhh
lo pondré en práctica, en la micro si ya que en iquique no hay metro XD