lunes, 24 de mayo de 2010

OTOÑO

Hoy, mientras caminaba por Santiago
vi que el otoño es como las personas.
La lluvia se había llevado la tierra de los árboles,
el smog de los edificios y de los letreros en la calle.
Las avenidas con montones de hojas secas,
como jirones entre pastos verdes y húmedos.
Árboles con restos de lo que fueran nidos,
ramas desnudas y uno que otro arbusto con verdes hojas.
El sol alumbraba desde todas partes
y en cada vuelta de esquina un rayo señalaba mis pasos.
No se por qué pensé en que el otoño
es como las personas...
Quizás porque el aire como nunca
tenía olor a aire
y el viento gélido enrojecía mis mejillas.
Quizás porque las personas
también estamos llenos de jirones
y humedades.
Acaso porque también morimos estando vivos,
y vivimos pareciendo muertos.
Caminar solitaria en este otoño de Santiago
viendo la belleza de lo que comienza y termina
riendo porque en lo que acaba siempre queda algo latente
algo incierto y posible.
Caminar solitaria disfrutando del anonimato
pero de ese falso como en las películas
cuando sobre la imagen final se imprimen los créditos
mientras empieza a sonar It's Okay de Land of Talk.

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