Hoy, mientras caminaba por Santiago
vi que el otoño es como las personas.
La lluvia se había llevado la tierra de los árboles,
el smog de los edificios y de los letreros en la calle.
Las avenidas con montones de hojas secas,
como jirones entre pastos verdes y húmedos.
Árboles con restos de lo que fueran nidos,
ramas desnudas y uno que otro arbusto con verdes hojas.
El sol alumbraba desde todas partes
y en cada vuelta de esquina un rayo señalaba mis pasos.
No se por qué pensé en que el otoño
es como las personas...
Quizás porque el aire como nunca
tenía olor a aire
y el viento gélido enrojecía mis mejillas.
Quizás porque las personas
también estamos llenos de jirones
y humedades.
Acaso porque también morimos estando vivos,
y vivimos pareciendo muertos.
Caminar solitaria en este otoño de Santiago
viendo la belleza de lo que comienza y termina
riendo porque en lo que acaba siempre queda algo latente
algo incierto y posible.
Caminar solitaria disfrutando del anonimato
pero de ese falso como en las películas
cuando sobre la imagen final se imprimen los créditos
mientras empieza a sonar It's Okay de Land of Talk.
O sea....
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De las redes se puede decir todo lo malo que se quiera, pero lo peor que
tienen es que no tienen curación, chicas. Cualquier muestra pedorra tiene
un cur...
Hace 5 horas
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