Se detiene como si esperara una señal.
No puede dejar de escuchar su respiración agitada.
Mantiene la calma.
Vuelve a caminar.
Ya nunca será lo mismo. Piensa.
Y olvida rapidamente.
La última filóloga
-
Élida Lois tenía una voz incomparable: con la misma gravedad de la de Olga
Orozco, pero sin los rastros de tabaco y alcohol que la poeta necesitó para
es...
Hace 17 horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario