Maqui vivía en Vaticano Chico cuando llegué. Siempre solitario, lleno de heridas y hambriento. Poco a poco nos fuimos queriendo, incluso Cala lo quiere ahora. Cuando vuelvo a casa llega corriendo desde el techo a recibirme, entonces lo tomo en brazos y subimos los cuatro pisos abrazados. Desde que nos queremos, yo le doy comida, va a su doctor de gatos y a veces entra a casa y pasa la tarde en algún sillón. Él me acompaña, me lengüetea y me habla en su idioma de gato con bellas palabras.
Hoy, luego de nuestra rutina habitual, mientras le hacía cariño, me encontré con una de mis vecinas que me vino a contar que en las noches estaba durmiendo con ella. Me alegré porque desde que llegó Kiku (la gata de mi roommate) Maqui ya no duerme adentro porque Kiku es buena para los combos (Cala en ocaciones salva su vida por poco). Hablamos un rato y luego ella me dijo algo que me dejó pensando e inspiró a escribir este post. Más bien dos cosas:
Primero, me dijo que su hija le decía a Maqui "Hielito" y me quedé pensando... pero entonces Maqui no es solo Maqui... y lo miré para ver si tenía cara de Hielito y en verdad tenía un poco. También me pareció que Hielito era un gran nombre para un gato, y me sentí algo envidiosa de que no se me hubiera ocurrido a mi ese nombre. (Maqui se llama Maqui porque tiene la boca negra, como cuando yo pequeña comía Maqui donde mi abuela). Bueno la cosa es que me quedé pensando en eso de que Maqui no es solo Maqui y de que en su vida de gato tiene otros nombres y otros amores, y eso me hizo quererlo más.
Segundo, y luego de más conversación mi vecina me dijo: "A mi me encanta que duerma conmigo pero yo no quiero hacerme cargo de nadie." Y esa frase me quedó dando vueltas mucho rato, ¿porque qué es hacerse cargo de alguien u otro? Pensé, bueno, yo le doy comida, lo llevo a su doc, me preocupo cuando se enferma, le curo sus heridas de guerra, su alergia (porque es alérgico y se rasca hasta sacarse pedazos) le hice una camita afuera, le doy agua fresca todos los días, lo acaricio, le hablo, y todas esas cosas que me encanta hacer porque él es un tierno, porque me provoca felicidad hacerlo.
Cuando se acabó la conversación la vecina siguió su camino y llamó a Hielito varias veces, yo le dije "anda a costarte donde la vecina" pero Maqui se quedó conmigo. Me quedé pensando, ¿por qué se queda?... y después de un rato pensé que tal vez él en su mundo de gato también entiende la diferencia entre amor y necesidad.
El amor, ese sentimientopensamientotemblordoloralegria que nos hace ver y considerar a otro, que nos hace darle un espacio en nuestra vida, un tiempo, atención, que nos impulsa a darle felicidad a otro, porque le amamos y porque amar es una sensación genial. Ese amor es libre, porque elegimos estar ahí y porque ningún otro es de nuestra propiedad, sino que también elige amarnos (bueno, a veces, a veces amamos y no nos aman de vuelta o no nos aman de vuelta como quisiéramos ser amados y esa es la putada del amor).
La necesidad, en cambio, es esa búsqueda de autosatisfacción que nos lleva la mayoría de las veces a utilizar a otros para obtener algo. Entonces damos un espacio, tiempo y atención a otro pero a cambio de lo que tendremos de vuelta. Y así damos con cuentagotas el amor como dice Charly, porque en verdad no vemos al otro sino nuestro ombligo todo el tiempo.
La vecina siguió llamando a Hielito, pero Maqui se quedó conmigo, mirándome con su carita de gato y su boquita negra y durante un rato disfrutamos en silencio de este amor gatunohumano, porque a la larga preferimos el amor no?
Dejé tu imágen en el cajón... guardé tu alma en el mellotrón
no quiero más que me des con cuentagotas tu amor....
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